Hiroshima es una de las ciudades imprescindibles que visitar en Japón. Seguro que hay destinos más espectaculares, pero su vista te servirá para situar y entender el bombardeo atómico sobre la ciudad el 6 de agosto de 1945, que supuso el fin de la II Guerra Mundial. Por lo tanto, muchas de las cosas que hacer en Hiroshima están relacionadas con este hecho que cambió la historia. Aún así, hay actividades que hacer en Hiroshima mucho más lúdicas, como por ejemplo perderse en los jardines Shukkei-en. A continuación, te contamos las 25 mejores cosas que ver y hacer en Hiroshima. Al final de este mismo artículo encontrarás un mapa con la ubicación exacta de todos los lugares que mencionamos
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El punto más impactante de Hiroshima es sin duda la cúpula Genbaku, el único edificio próximo al epicentro de la explosión que quedó en pie. El edificio se inauguró en 1915 con motivo de una exposición comercial que tendría lugar en la ciudad. Después de la tragedia, los habitantes de la ciudad decidieron dejar los ladrillos y la estructura de acero de la cúpula tal y como quedaron para concienciar del daño que causan las armas nucleares y velar por la paz en el mundo.
Actualmente sigue cumpliendo esa función conmemorativa y, por lo tanto, es el punto a partir del cual se han construido multitud de memoriales. Los fines de semana y festivos también suele haber gente manifestándose para lograr la eliminación de las armas nucleares y recogiendo firmas para la causa.
Si te alejas unos metros de la zona de los memoriales podrás visitar el punto exacto donde explotó la bomba atómica. Está en la calle secundaria Naka-ku y allí encontrarás una placa recordando lo ocurrido. Hoy en día hay una clínica allí. No es más que algo simbólico, pero vale la pena mirar al cielo, ya que la explosión tuvo lugar a 600 metros de altura, y rezar por que no vuelva a ocurrir nada parecido.
Si quieres conocer todos los detalles sobre lo que pasó y las consecuencias que causó la explosión, visitar el Museo de la Paz es algo muy interesante que hacer en Hiroshima. Allí hay muchísima información con textos en japonés e inglés, fotografías espeluznantes e incluso objetos muy personales de las víctimas. La verdad es que nos pareció un poco demasiado sensacionalista, ya que había expuestos ¡hasta uñas y pelo de los fallecidos! Si eres sensible con estas cosas no te hará demasiada gracia visitar este museo. La entrada de adulto cuesta 200 yenes (1,25€ aprox).
El monumento central de recuerdo a las víctimas es este gran cenotafio de hormigón. Es un memorial dedicado a las más de 200.000 víctimas del terrible hecho. El arquitecto Tange Kenzo, diseñó el monumento haciendo esa curva para simular una cubierta para todas esas personas que perdieron la vida. Hay una inscripción escrita en japonés que dice “Descansad en paz, el error no se repetirá”. Visitar este lugar y verlo repleto de flores en memoria de las víctimas es algo muy emotivo que hacer en Hiroshima.
Otro monumento de lo más simbólico para recordar a las víctimas es la Llama de la Paz. Desde que se encendió en 1964 no ha dejado de quemar. La idea es que no se apague hasta que desaparezcan las amenazas nucleares. Si te fijas, el pedestal parecen dos manos con las palmas hacia arriba, el que se ha convertido en símbolo anti armas nucleares.
El monumento con una historia más potente detrás es el dedicado a los niños fallecidos y afectados por la bomba atómica. Una niña de 12 años, Sadako, falleció un par de meses después de la explosión a causa de la leucemia que le causó. Cuando supo de su enfermedad, empezó a hacer grullas de papel, ya que la leyenda dice que si llegas a hacer 1000 puedes pedir un deseo. El suyo era curarse, cosa que por desgracia no ocurrió.
Sus compañeros de clase y todos los niños de Hiroshima lucharon para recordarla con esta estatua. En la cima de la estructura de bronce hay la figura de una niña alzando una grulla de papel que representa a Sadako y a todos los niños que fueron víctimas de la bomba atómica. Debajo del arco principal hay una campana de la paz de la que cuelga una grulla. Algo muy emotivo que hacer en Hiroshima es hacerla sonar y también dejar una grulla de papel alrededor del monumento como recuerdo a Sadako.
Muy cerca del monumento dedicado a los niños hay otro hecho para recordar a los 6907 estudiantes que murieron por la bomba atómica. Los estudiantes adolescentes de Hiroshima fueron obligados a trabajar en fábricas de munición e incluso a derribar edificios para crear cortafuegos en caso de un ataque aéreo.
Muchos estudiantes ya trabajaban en otras industrias, pero el gobierno sólo quiso hacer un memorial en el santuario Yasukini para los muertos movilizados en la industria bélica. Las familias de los demás fallecidos se unieron para recaudar fondos y lograron construir esta torre en memoria de todos los estudiantes.
El sonido más repetido en el Parque de la Paz es el de una campana. Se trata de la Campana de la Paz, financiada por la asociación de víctimas de la bomba atómica. Tiene un grabado de un mapa del mundo sin fronteras dibujadas para velar por la unidad y la paz mundial. Golpear la campana es algo simbólico que hacer en Hiroshima para intentar tener un mundo mucho mejor.
Aún en el parque de la paz te llamarán la atención cinco puertas de cinco metros de altura cada una. Tienen escrita la palabra “paz” en un montón de idiomas y son otro de los emotivos monumentos que visitar en Hiroshima.
La última cosa que hacer en Hiroshima en relación con la bomba atómica es visitar el puente donde tenía que estallar. Los americanos tenían el puente Aioi como punto de mira porque era fácilmente reconocible desde el aire. Finalmente, la bomba no cayó allí pero la estructura quedó gravemente dañada. De hecho, en el Museo de la Paz puedes ver un trozo de viga del original. Desde 1983 se puede cruzar la reconstrucción, que imita al original.
El barrio central de Hiroshima es Kamiyacho, donde se concentran las oficinas. También hay muchas tiendas y cafés, así que es una buena zona para pasear. Además está tocando al Parque de la Paz, la visita indispensable en Hiroshima.
Puedes dar una vuelta en barca por el río que atraviesa Hiroshima. Hay diversos puntos de embarque a lo largo de su curso. Es algo especialmente bonito que hacer en Hiroshima en primavera, ya que hay un montón de cerezos en las dos orillas.
La calle Hondori está llena de tiendas y restaurantes de todo tipo. Como en muchas ciudades japonesas, es peatonal y está cubierta para que el mal tiempo no te deje sin disfrutarla. No es nada imprescindible que hacer en Hiroshima, pero es una buena zona para dar una vuelta, ya que está en pleno centro.
Otra grata sorpresa que nos llevamos en Hiroshima fue su castillo. Se construyó originalmente en 1590, pero la bomba atómica lo destruyó por completo. Se hizo una reconstrucción lo más fiel posible, con una espectacular fachada de madera de cinco pisos. En su interior hay un museo de la cultura samurai y, en general, de la ciudad de Hiroshima antes del impacto de la bomba. Como curiosidad, es uno de los pocos castillos de Japón que se construyó en el centro de la ciudad y no en una colina a las afueras.
También se puede subir a su mirador, desde donde hay buenas vistas de la ciudad. La entrada cuesta 370 yenes (2€ aprox), aunque se puede ver perfectamente por fuera sin pagar acceso.
Muy cerca del castillo encontrarás una puerta torii que da acceso al santuario Hiroshima-gokuku. Es un recinto muy grande donde muy seguramente te encuentres con algún tipo de ritual o celebración sintoísta. Por ejemplo, hay muchas familias que celebran allí que sus hijos cumplan 3, 5 y 7 años.
Los peques van vestidos con preciosos kimonos. Aunque no necesariamente todo son celebraciones, ya que muchos fieles visitan este santuario pidiendo buena suerte. La entrada es gratuita.
Si te apasionan los coches, una parada obligada que hacer en Hiroshima es el museo de la marca Mazda. No deja de ser un showroom donde muestran sus nuevos modelos, innovaciones tecnológicas, etc. Pero también tienen en exposición algunos vehículos antiguos y, lo más interesante para nosotros, se puede ver una cadena de montaje de los coches.
Este jardín tiene un encanto espectacular. Su origen se remonta al siglo XVII, cuando un conocido maestro del te lo fundó. Desde entonces, es famoso por sus cerezos y ciruelos que añaden un color rosado precioso en primavera. Pero en cualquier época del año transmite una paz increíble, además no hay tanta gente como en otros jardines japoneses.
También tiene un enorme lago central atravesado por varios puentes tradicionales muy bonitos. La entrada cuesta 260 yenes (2€ aprox).
El Templo Mitaki está a las afueras de Hiroshima, a una media hora desde la estación central de la ciudad. Pero te aseguramos que vale la pena visitarlo si dispones de suficiente tiempo. Es conocido por su pagoda de dos pisos y las buenas vistas que tiene de la ciudad. En los días despejados incluso podrás ver el mar y la isla de Miyajima al fondo. Es una lugar bastante tranquilo, alejado de la principal ruta turística, con varias cascadas y estanques alrededor.
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Seguro que paseando por la ciudad verás un montón de carteles dedicados a los Hiroshima Carps. Son el equipo de béisbol de la ciudad y levantan auténticas pasiones. Nosotros nos alojamos cerca del estadio y, el día de partido nos cruzamos con una marea de aficionados por la calle.
Es muy gracioso, porque incluso en las tiendas 24h como 7 Eleven o Lawson podrás comprar productos de merchandising del equipo. Si eres muy fan de este deporte, échale un ojo al calendario de los Carps y vive con intensidad un partido en el Mazda Zoom-Zoom Stadium.
Hacer un traslado en tranvía es algo que hacer en Hiroshima si quieres probar el medio de transporte más típico de la ciudad. De hecho, la ciudad tiene la línea de tranvías más larga de Japón. Hiroshima Electric Railway es la compañía que la gestiona. Fue fundada en 1910 y aún se pueden ver circular vagones antiguos que contrastan con los más modernos.
Dentro de un curioso edificio en forma circular podrás ver algunas obras maestras del arte europeo. Tienen pinturas de Manet, Cézanne o Dalí, entre otros. El museo es bastante pequeño pero no echarás nada en falta, incluso tiene una cafetería muy tranquila. La entrada cuesta 1000 yenes (8,50€ aprox).
El plato que más se asocia a Hiroshima es el okonomiyaki, así que no te puedes marchar sin probarlo. Se trata de una masa con base de huevo a la que puedes añadir varios ingredientes. En pleno centro de la ciudad encontrarás un edificio con 4 plantas dedicadas exclusivamente a restaurantes de este tipo.
Son locales pequeños y bulliciosos, con apenas 20 taburetes alrededor de una barra. Pero allí se sirven los mejores okonomiyakis de la ciudad, así que cuando te entre el hambre ya sabes otra cosa que hacer en Hiroshima.
Este es el parque principal de Hiroshima, donde los locales celebran el hanami reuniéndose para comer cajas de comida preparada. Tiene zonas de juegos para niños, carriles para correr o ir en bici y, cómo no, muchas explanadas donde hacer un buen picnic. Además, está en una colina desde donde tendrás unas bonitas vistas de Hiroshima.
En la parte más elevada del parque Hijiyama está el Museo de Arte Contemporáneo de Hiroshima. Fue el primer museo de este tipo de arte en todo Japón y tiene una impresionante colección de más de 1400 obras de todo tipo de formatos.
Hay creaciones tanto japonesas como internacionales y muchas de ellas están relacionadas con el horror de la guerra, una temática muy presente en toda la ciudad. Acércate hasta allí aunque no te interese entrar, tendrás una de las mejores vistas de Hiroshima.
Visitar la preciosa isla de Miyajima es una excursión muy típica que hacer desde Hiroshima. Es famosa por su puerta torii flotante y sólo por ver el atardecer allí merece la pena el trayecto de aproximadamente una hora. Pero no te quedes ahí, tiene muchos más atractivos. Si te gusta caminar por la montaña hay varias rutas muy chulas para subir al Monte Misen, la parte más alta de la isla. Si tienes tiempo suficiente, te recomendamos que reserves alojamiento en Miyajima y te quedes una noche, ¡es lugar increíble!
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En el siguiente mapa podrás localizar todas las cosas que hacer en Hiroshima mencionadas anteriormente.
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