Milán es la capital de la preciosa región de Lombardía. A lo largo de la historia, Milán ha sido junto a Roma una de las ciudades más importantes del país. De hecho, el desarrollo económico de Italia siempre ha estado relacionado la ciudad. No te faltaran cosas que hacer en Milán, desde apreciar la belleza del Duomo hasta pasear por Navigli. En este post te contamos 30 cosas que ver y que hacer en Milán.
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La catedral gótica de Milán se encuentra en el centro de la ciudad y es su monumento más fotografiado. Su construcción se alargó durante la friolera de cinco siglos. Parece un edificio muy antiguo, pero se inauguró oficialmente en 1965.
Aunque la visites sabiendo que tiene capacidad para más de 40.000 personas y que mide 107m de altura, seguro que te quedas boquiabierto por su grandeza.
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Si quieres ver de cerca los pináculos y esculturas que decoran el exterior del Duomo tienes que subir a su terraza panorámica. Además, disfrutarás de vistas de toda la ciudad.
Subir en ascensor cuesta 22€, mientras que si haces el esfuerzo de elegir las escaleras pagarás 15€. Los horarios varían a lo largo del año, puedes consultarlos y comprar tu entrada online en la web del Duomo. Sin duda, una de las actividades imprescindibles que hacer en Milán.
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Esta galería comercial es una de las más famosas del mundo desde hace más de 140 años. Bajo su techo de vidrio abovedado encontrarás todo tipo de tiendas de lujo como Gucci, Louis Vuitton o Prada.
Pero lo más interesante es ver locales históricos de Milán como el Café Biffi, el más antiguo de la ciudad. Además, une el Duomo y el Teatro alla Scala, dos lugares imprescindibles que ver en Milán.
La galería Vittorio Emanuele tiene mil detalles en que fijarse, así que es difícil apreciar los mosaicos del suelo. Si estás atento, verás cuatro escudos que representan las cuatro capitales italianas. La cruz roja de Milán, el lirio de Florencia, la loba de Roma y, finalmente, el toro de Turín.
Para encima de éste último y da tres vueltas apoyando el talón derecho en los genitales del toro con los ojos cerrados. No nos hemos vuelto locos, sólo intentamos que tengas buena suerte. Dice la tradición que haciendo esto volverás a Milán y la suerte estará de tu parte.
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Justo enfrente de la galería más famosa de Milán está el Palacio Real, un edificio histórico. Fue la sede del gobierno de la ciudad desde el siglo XII y sirvió de residencia para las familias más importantes de la ciudad. Se restauró en el siglo XVIII y desde entonces su interior neoclásico deslumbra a los visitantes.
Quedó muy dañado después de la Ahora se ha reconvertido en un centro cultural que acoge exposiciones temporales. La entrada cuesta 17€.
Este castillo fue en origen una fortaleza militar, pero la familia Sforza lo quiso convertir en un majestuoso palacio ducal. Fue entonces cuando artistas de la talla de Leonardo da Vinci decoraron el interior del castillo. Más tarde recuperó su función original, pero Napoleón mandó destruir una parte.
Más adelante estuvo a punto de ser derribado del todo para crear un área residencial, pero afortunadamente lo restauraron. Ahora, a parte de representar la historia de Milán, alberga algunos de los museos más importantes de la ciudad.
La entrada cuesta 5€ y es gratis el primer y tercer martes de cada mes a partir de las 14:00h y cada primer domingo de mes.
Muy cerca del Castillo Sforzesco está el Parco Sempione, perfecto para descansar en un día ajetreado. Cuando hace buen tiempo está lleno de gente haciendo un picnic, tomando el sol, jugando con la pelota o tocando la guitarra. Es un parque muy animado con un pequeño estanque en el medio y varios quioscos donde comprar alguna bebida fresquita.
En una de las entradas del parque Sempione está el Arco della Pace. Se trata de un llamativo monumento de mármol que conmemora la paz de 1815 tras la derrota de Napoleón. Como curiosidad, los caballos que tiran del carro que simboliza la paz fueron girados 180 grados por orden de los Habsburgo para dar la espalda a Francia.
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En una ciudad tan elegante como Milán no podía faltar uno de los teatros de ópera más famosos del mundo. El exterior del Teatro alla Scala no es gran cosa, pero por dentro está repleto de lujo y elegancia. Desde 1776 ha sido el escenario de estreno de grandes óperas como Madame Butterfly o Nabucco.
Actualmente sigue teniendo un gran renombre, por eso los precios para ver una ópera son prohibitivos, pero aún así se puede ver su interior visitando el museo del teatro por 15€.
Aunque de entrada visitar un cementerio no parezca un plan muy apetecible para unas vacaciones, el de Milán vale la pena. Está lleno de verdaderas obras de arte en forma de esculturas y mausoleos espectaculares que te harán creer que estáis en un museo al aire libre.
Allí descansan los restos de Giuseppe Verdi y otros personajes históricos. No es para nada lúgubre y visitarlo es algo muy recomendable que hacer en Milán. ¡Es uno de los cementerios más espectaculares del mundo!
En Italia es muy fácil encontrar guiños a su pasado. En Milán se conservan 16 columnas romanas justo delante de la Basílica de San Lorenzo. Llama la atención que es un punto de encuentro para muchos jóvenes y, especialmente en verano, es el epicentro de la fiesta en la calle.
Es una de las galerías de arte más relevantes de Italia, con obras de genios como Caravaggio, Rembrandt o Rafael. Las obras son principalmente de temática religiosa, así que quizá no interesen a todo el mundo. Te guste el arte o no, algo imprescindible que hacer en Milán es visitar el patio interior de la pinacoteca. El edificio es un antiguo monasterio de jesuitas del siglo XVI y es realmente impresionante.
No te quedes sólo con la pinacoteca, el barrio de Brera merece mucho la pena. Pasear por sus calles pintorescas llenas de tiendecitas y restaurantes bonitos es algo muy recomendable que hacer en Milán. No tienes excusa porque está tocando al centro de la ciudad, por eso es una zona muy exclusiva para vivir.
No es un jardín botánico muy grande ni con plantas especialmente exóticas, pero es todo un oasis de paz en medio de la ciudad. Tiene un bonito estanque y también dos árboles enormes que llevan allí desde que se abrió en 1774.
Puede parecer una de las muchas iglesias que hay en las calles de Milán. Pero tiene algo muy especial que atrae a cientos de visitantes cada día: La Última Cena de Leonardo da Vinci. Dejando de lado esta célebre obra de arte, vale la pena entrar en la iglesia para ver su precioso claustro.
La construcción se le atribuye a Bramante, así que es todo un símbolo del arte renacentista en Milán.
Es una enorme pintura de 4,6×8,8m situada en el comedor del antiguo convento de Santa Maria delle Grazie. La famosa pintura ha sobrevivido a todo tipo de agresiones desde finales del siglo XV. Los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial dejaron el edificio sin techo y la obra a la intemperie, pero gracias a muchas restauraciones se ha mantenido.
Las entradas cuestan 15€ + 2€ de reserva. Sin reservar, es imposible entrar y puedes hacerlo en su página web oficial. Si no encuentras entradas, siempre puedes unirte a un tour guiado.
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Igual que Venecia, Milán también tiene canales. Eso sí, sólo son dos y artificiales, así que no esperes demasiado. Uno de ellos fue diseñado por Leonardo da Vinci y puedes recorrerlo en barca durante los meses de verano. En la época más fría, puedes alquilar una bici y entrar en calor paseando alrededor de estos canales.
Además, es una zona en auge, con la presencia de muchos artistas, galerías y restaurantes encantadores.
Con una fachada más bien modesta comparada con las bellezas que se ven en Italia, esta iglesia esconde algo impresionante en su interior.
Bramante es el responsable de hacer que el ábside de detrás del altar parezca profundo cuando en realidad hay menos de un metro. Alucinar con este magnífico juego de perspectiva es algo curioso que hacer en Milán.
Se llama panzerotto y es un triángulo de masa rellena de salsa de tomate y mozzarella. Luini es el local más concurrido y, vayas cuando vayas, siempre hay cola para degustar esta especialidad. Lo curioso es que la receta es originaria de Puglia, pero Milán se la ha hecho suya. ¡La comida típica de Italia no te defraudará!
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Milán es uno de las grandes ciudades productoras de moda, junto con París y Nueva York. Si te gusta la ropa y los zapatos, algo que hacer en Milán es darse una vuelta por el Quadrilatero della Moda. Se llama así porque está delimitado por cuatro calles: Via Monte Napoleone, Via Alessandro Mazoni, Via della Spiga y Corso Venecia. Los escaparates son auténticas maravillas, con composiciones artísticas hechas con prendas de miles de euros.
Si miras las etiquetas te entrarán calores, así que tenemos una solución si te gustan las marcas pero no sus precios. Pásate por el outlet DMagazine, allí encontrarás verdaderas gangas en prendas de marcas exclusivas.
Muy cerca de la estación de Garibaldi está el distrito más nuevo de la ciudad: Porta Nuova. Fue la gran apuesta de la ciudad para la Expo del 2015. Si miras al cielo en la Piazza Gae Aulenti, verás el edificio Unicredit, el más alto de Milán. A ver si también encuentras dos torres residenciales con las fachadas llenas de plantas, se llaman Bosco Verticale.
Los famosos tranvía naranjas de Milán no se usan para hacer visitas turísticas, son parte del transporte público de la ciudad desde 1928. Algo muy tradicional que hacer en Milán es subir y bajar cuantas veces quieras por el precio de un billete sencillo (1,50€).
En Milán se respira fútbol. Así que si eres un apasionado de este deporte, te recomendamos ir a ver un partido del A.C. Milán o del Inter de Milán, los dos equipos de la ciudad. ¡Además son dos de los clubes grandes de Europa! El fútbol en Italia se vive muy intensamente, y Milán no es ninguna excepción. Como curiosidad, se llama San Siro cuando el A.C. Milán juega de local y Giuseppe Meazza cuando lo hace el Inter. ¡Algo muy curioso!
Se trata del estadio de fútbol más grande del país con capacidad para más de 80.000 espectadores. ¡Ojalá tengas suerte de ver un partido!
Si pasas por la Piazza degli Afari, donde está la bolsa de Milán, te llamará la atención una mano levantando el dedo del medio. La escultura es del polémico artista Maurizzio Cattelan y lleva allí desde 2010. Su objetivo es criticar los horrores del siglo pasado, ya que representa que la mano está haciendo el saludo nazi.
Por eso tiene todos los dedos cortados menos el encargado de hacer el gesto obsceno. Su ubicación delante de la bolsa en plena crisis económica puede interpretarse de otras maneras…
En la Piazza XXIV Maggio verás un enorme arco con ocho columnas. Se trata de Porta Ticinese, la que fue la entrada sur de Milán en su día y además conmemora la victoria de Napoleón en la Batalla de Marengo.
¿Te gusta bailar? Algo muy divertido que hacer en Milán sin gastar ni un euro es unirse al grupo de baile que se junta en la Piazza Città di Lombardia. Se hacen llamar Mazurka Klandestina y decidieron ocupar esta plaza como protesta contra lo caro que es salir a bailar en locales.
Los encontrarás las noches de viernes y sábado, cuando están encantados de recibir a nuevos bailarines.
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Como la mayoría de grandes ciudades, Milán tiene un barrio chino. Date un paseo por allí si eres amante de las gastronomía oriental. Cuando más vale la pena es con la celebración del año nuevo chino, cuando se llena de farolillos, dragones y desfiles al ritmo de los tambores.
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Muy cerca del Duomo puedes darte una vuelta por una de las plazas más bien conservadas de Milán. Desde la Edad Media hasta el siglo XX la Piazza Mercanti fue el centro del gobierno y el comercio de la ciudad. Ahora, aún se conservan edificios históricos: el Palazzo della Ragione, la Casa dei Panigarola y la Loggia degli Osii.
Además no te olvides de comprobar su buena acústica. Si te sitúas en una de las columnas del pórtico y otra persona en la más lejana, podréis escucharos perfectamente. Este truco acústico se usaba para que los comerciantes pudieran tomar decisiones rápidamente durante las negociaciones. Como curiosidad también sucede en Grand Central Station, en Nueva York.
A poco más de una hora en transporte público podrás conocer unos de los centros históricos más bonitos de Italia. La ciudad de Bérgamo está partida en dos: la Città Alta, la parte más histórica, y la Città Bassa, la zona más moderna. Hay cantidad de lugares bonitos que ver en Bérgamo. Merece la pena acercarse y conocer su pasado medieval tan presente en sus calles. Si no sabes cómo ir de Milán a Bérgamo, te lo contamos detalladamente.
Las 10 mejores excursiones desde Milán
Muy cerca de Milán se encuentra el Lago de Como. Es un lugar espectacular para pasar el día si ya has cumplido con todas las demás cosas que hacer en Milán. La mejor forma de llegar al Lago de Como es en tren y desde allí coger un barco que os lleve por los preciosos pueblitos que rodean el lago. ¡Ni George Clooney puede resistirse a su encanto y tiene una casa allí!
Todas las opciones para llegar al Lago Como desde Milán
Y para acabar este post, no nos podíamos olvidar de recomendarte una excursión a Turín. ¡Nos parece una de las ciudades más atractivas que ver en Italia! Fue la primera capital del país y tiene un gran legado histórico. ¡No te la pierdas!
En este mapa encontrarás marcadas todas las cosas que ver y que hacer en Milán.
La entrada 30 cosas que ver y hacer en Milán (Italia) se publicó primero en Los Traveleros.