Dormir en un templo en Japón fue la experiencia más espiritual y mística que hemos vivido en Japón, ¡os lo recomendamos totalmente!
En este artículo vamos a contarnos nuestra experiencia, pero te recomendamos que consultes también todos estos consejos para viajar a Japón y que todo vaya perfecto.
Después de mucho mirar, comparar y leer opiniones de diferentes templos donde pasar la noche, nos quedamos con el templo Chōgosonshi-ji, aunque en Booking aparece como Gyokuzoin.
Si os soy sincera, en un principio dudamos si quedarnos a dormir en un templo en Japón, no sabíamos hasta que punto resultaría interesante.
Pero ahora que lo sé, ¡no puedo más que recomendaros que viváis la experiencia de dormir en un templo en Japón!
No sabemos cómo será la experiencia en otros templos, pero la nuestra en el Gyokuzoin no pudo ser mejor.
Más abajo os explico cómo llegar hasta este templo, pero aunque el autobús no te deja demasiado lejos, hay que subir una cuesta bastante pronunciada y unas cuántas escaleras.
No os recomendaría llevar maletas grandes, mejor dejarlas en las taquillas de las estaciones de Osaka o Kioto, como os comentamos en el artículo de consejos para viajar a Japón.
Después de la cuesta y recorrer un caminito muy bien custodiado por farolillos llegamos por fin hasta el templo Gyokuzoin.
Un gran tigre de cartón piedra nos dio la bienvenida.
Silencio. Eso era todo lo que se oía, y el cantar de algunos pajarillos.
Un monje muy bien ataviado y con un inglés bastante justito nos dio la bienvenida y nos invitó a un té matcha con pastas mientras nos pedía nuestros pasaportes (no deja de ser un alojamiento y están obligados).
Nos enseñó en un mapa cada lugar del templo donde pasaríamos noche, nos informó de la hora en la que hacen el ritual del fuego, la hora en la que sirven la cena (a las 18:30 ¡super pronto!) y nos dio a elegir tres horas diferentes para el desayuno.
Cómo sabíamos que el ritual del fuego era a las cinco de la mañana, preferimos coger la primera hora del desayuno que era a las siete.
Con todos los horarios aclarados y nuestro mapa del templo en la mano, nos acompañó hasta el edificio donde se encontraba nuestra habitación, el onsen, y la habitación donde nos servirían la cena y el desayuno.
Nuestra habitación era bastante grande, y teníamos dos yukatas con su cinturón super bien planchadas, toallas y un pequeño kit de aseo.
Nos advirtió que no abriéramos mucho el balcón porque estábamos en mitad de la naturaleza y había muchos mosquitos y bichitos.
Nos comentó que la puerta de la habitación se podía cerrar cuando estabas dentro, pero cuando te marchabas se quedaba abierta, cosa curiosa pero que tampoco nos importó.
Sinceramente no pensábamos que dormir en un templo en Japón con futones en el suelo iba a ser tan cómodo.
También nos habían dejado un termo con agua caliente y bolsitas de té.
Justo frente a las habitaciones se encontraban los lavabos compartidos, y los servicios (completamente reformados y nuevos) estaban separados por hombres y mujeres.
Para acceder a cualquier edificio del recinto tenías que descalzarte primero, y el edificio de las habitaciones no lo iba a ser menos, nuestras zapas se quedaron en la puerta e íbamos descalzos o con calcetines.
Los pasillos eran interminables, había bastantes habitaciones y pensamos que habría más huéspedes, ¡pero no fue así!
Éramos los únicos huéspedes en todo el templo y eso hizo que la experiencia todavía fuese más especial si cabe.
Al encontrarse en lo alto de la colina, las vistas desde arriba son increíbles.
En el templo Gyokuzoin se practica el budismo Shingon, una rama del budismo tántrico centrado en rituales y meditaciones.
¡Vivimos una de las experiencias más místicas de nuestra vida!
Podéis leer más sobre la historia del templo en su página web.
El ritual del fuego comenzó puntual a las cinco de la mañana y duró 45 minutos que nos pasaron volando.
Empezó lentamente con cantos de mantras mientras un monje va quemando unas tablillas de madera frente a una imagen de Buda.
Conforme avanza la ceremonia, se introducen también tambores, el fuego cada vez arde más y los cantos son más altos.
¡Una experiencia muy emocionante! Sin duda una de las más místicas de todos nuestros viajes por el mundo.
No quiero daros más detalles porque es mucho mejor que lo descubráis y viváis vosotros mismos.
Durante esta ceremonia, se destruyen (o se intentan destruir) las energías negativas.
El onsen tenía horas diferentes para hombres y mujeres, y como no había ducha en la habitación, con toda mi vergüenza del mundo, ¡allá que fui a darme una ducha!
A los onsen tienes que entrar completamente desnudo, por eso la mayoría están separados por hombres y mujeres, en este caso separados por horas.
En este onsen no hicimos fotos (no pudimos hacerlas porque había gente), pero os dejo la foto del onsen de nuestro hotel en Miyajima.
Os explico rápidamente las instrucciones para darse un baño en un onsen:
Entras, te desnudas, dejas la ropa en un cesto (hay cestos individuales para cada persona) y ya desnudo accedes al onsen donde hay diferentes duchas con taburetes para ducharte sentad@ (también suele haber jabón pero puedes llevar el tuyo).
Una vez bien duchad@ ya te puedes meter al onsen que es como una piscinita con agua termal (aunque esto no es siempre así) muy caliente, ¡pero que muy, muy caliente!
Te puedes quedar el rato que consideres (o aguantes) y al salir si quieres te duchas de nuevo.
La toalla se deja fuera, donde dejas la ropa, así que no hay nada con lo que taparte.
Déjate llevar, y prueba la experiencia, ¡esa es mi recomendación!
Cuando reservas en Booking, tienes la opción de elegir desayuno o desayuno y cena.
Os recomendamos elegir también la cena porque el templo se encuentra en mitad de la nada, eso o llevar comida en la maleta, algo que os recomendamos de todas formas porque se cena muy pronto y la cantidad es justita.
A la hora acordada fuimos a la habitación que nos había indicado el monje para cenar y desayunar, pensamos que habría más gente pero solo estábamos nosotros.
Unos días antes tienes que informar si quieres menú vegetariano o normal, pero siempre japonés, ¡no esperaba menos!
Se puede aprovechar para ver Nara ese día, esto fue lo que hicimos nosotros, lo “malo” es que no queda mucho tiempo para disfrutar del templo.
En ambos casos, tanto si venimos desde Osaka como si venimos desde Kioto, una vez en la estación de tren de Oji-Nara, hay que bajar a pie de calle donde sin apenas salir de la estación encontraremos la parada de autobús. Las líneas que nos llevan hasta el templo son las 32, 42 y 43.
Hay que tomar la dirección: 信貴山門 / Shigisan gate y bajarse en 信貴大橋 / Shigi-ohashi, es la penúltima parada, veréis una explanada grande, abajo podéis ver la foto.
Otra opción es coger un taxi desde la estación de tren de Oji-Nara hasta el templo.
Si vais a reservar el Templo Gyokuzoin y está completo para los días que queréis, podéis consultar estos otros templos donde dormir en Japón:
Seguro de viaje a Japón:
Nosotros siempre llevamos seguro de viaje, así tenemos cubierto cualquier percance de salud y otros muchos contratiempos que pueden surgir.
Utilizamos Iati Seguros desde hace muchos años y podemos recomendarlo con conocimiento de causa porque lo hemos tenido que utilizar en varias ocasiones y sabemos que responden a la primera.
Recordad que tenéis un 5% de descuento en vuestro seguro de viaje a Japón o a cualquier lugar del mundo.
Además, a los extranjeros les piden un depósito al entrar en el hospital con los gastos aproximados de lo que puede costar la estancia más las pruebas y posibles tratamientos.
En la web del Ministerio de Exteriores aconsejan llevar un seguro para Japón que “no implique que el asegurado deba adelantar los gastos” y los seguros de Iati cumple con ello.
Os recomendamos el seguro Iati Estrella para viajar a Japón.
¡De verdad, no dejéis de incluir la experiencia de dormir en un templo en vuestra ruta por Japón!
Si decidís quedaros a dormir en este templo, os esperamos a la vuelta para que nos contéis que os ha parecido.
¡Estoy segura de que será una de las experiencias más chulas de vuestro viaje por Japón!
Podéis consultar precios y disponibilidad en el Templo Gyokuzoin.
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