El restaurante Magda en San Ángel se vistió de ofrenda y humo de copal con su menú de temporada del Día de Muertos, un homenaje vibrante a la tradición mexicana en colaboración con el mezcal Cómplice y el chef Marco González.
Sentarse a la mesa en Magda durante este noviembre es como emprender un viaje sensorial al Mictlán, donde cada platillo es un portal a los sabores y simbolismos de la celebración ancestral, guiando a los comensales a través de un festín cargado de historia, reminiscencias y sorpresas.
El recorrido comienza con una Mezcalita de tamarindo con especias. Este cóctel inicial, refrescante y con un toque picante, es la bienvenida que acaricia la lengua y prepara el ánimo. Como la primera luz en el camino a lo desconocido, la mezcla es un guiño a los festejos, a la tradición de los altares y a los sabores que despiertan memorias profundas.
El primer platillo en este viaje es un tuétano con escamoles a la mantequilla y chapulines, acompañado por un shot de mezcal. Aquí, la opulencia del tuétano, denso y cremoso, se entrelaza con la fina textura de los escamoles, delicados y llenos de un sabor a tierra y mantequilla que embriaga. Los chapulines, crujientes y salados, elevan la experiencia.
Después, llega el Cerdo sobre pipián de calabaza de Castilla, una oda a la historia y a la evolución de la cocina mexicana. El pipián, hecho de pepitas de calabaza, retoma el carácter de la primera botana salada de México y transforma lo simple en algo majestuoso.
El cerdo, suave y jugoso, se encuentra envuelto en el perfume especiado y terroso del pipián, como si cada bocado fuera un paso más profundo en el viaje al Mictlán, al corazón de lo que somos.
Para cerrar, la tarta de chocolate con cremoso de xoconostle es un recordatorio dulce y ácido de la dualidad de la vida y la muerte. El xoconostle, con su ligera acidez, corta la riqueza del chocolate, brindando un final sorprendente y equilibrado que se siente en la boca como la luz del amanecer.
Acompañada por un Cóctel cremoso con plátano, el postre se transforma en un epílogo con toques tropicales y una cremosidad que se queda en el paladar como el eco de una despedida.
Magda ha creado un menú que es tanto una celebración como un homenaje en el Día de Muertos. Con un costo de $1,200, la experiencia está disponible los sábados 2, 9, 16 y 23 de noviembre, y las reservas pueden realizarse a través de Opentable o por WhatsApp.
Cada plato, cada sorbo, es un tributo a la memoria, una invitación a reflexionar sobre el ciclo eterno entre la vida y la muerte, mientras el mezcal Cómplice, fiel compañero, susurra al oído las historias de quienes ya no están, pero siempre nos acompañan.
Dónde: Museo del Carmen 4, San Ángel, Álvaro Obregón, 01000 Ciudad de México, CDMX
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